Habitualmente, cuando nos mudamos a una casa nueva, o cuando andamos cortos de economía, o mientras buscamos y no encontramos aquel mueble que deseamos, nos vemos obligados a recurrir a la imaginación y a suplir ese ajuar necesario con otros elementos alternativos y provisionales que intenten, e incluso logren, cumplir la función de aquellas piezas de las que carecemos.
Los baúles y conjuntos de maletas son muy útiles como mesillas de noche, sobre ellos es posible apoyar cualquier cosa y cumplen el rol del almacenamiento.
Una pila de libros no es lo más aconsejable por la falta de solidez y por la incomodidad al tener que retirarlos en caso de limpieza, pero para una solución rápida y muy provisional podría servir.
Esta escalera supone una opción muy decorativa, se tienen varios niveles para el apoyo de la lámpara o el libro de turno, yo necesitaría un poquito de almacén... pero es un resultado original.
La balda de madera colocada como repisa queda de lo más espontánea, me parece fundamental la adición del cesto como complemento para guardar cosas.
Un banco de un viejo vestuario o del patio de una casa de pueblo es el guiño perfecto como banqueta descalzadora a los pies de la cama. Esta me la apunto, que me gusta...
Y ¿por qué no colgar unas cajas de fruta en la pared para que hagan las veces de librería o estantería? económico y susceptible de ampliación.
Y si en el salón necesitamos la tan socorrida mesa de centro ¿por qué no tres? un tronco cortado en rebanadas a las que se colocan tres patas y tenemos un conjunto a diferente altura, según sea la necesidad que tengamos.
Casi todas estas soluciones se pueden convertir en definitivas, todo es cuestión de tiempo y de asumir y consolidar esas ideas, en principio caducas pero con aspiraciones de perennes.