Hace poco estuve visitando un edificio acabado recientemente, que, entre otros, tenía bastantes problemas de saneamiento, presentaba embozos en diferentes puntos de la red de evacuación y excesiva sedimentación en sus canalizaciones por unas pendientes insuficientes.
Uno de los fallos más flagrantes que se encontraron fueron estos dos entronques, empalmados en sentido contrario, uno de ellos claramente a contracorriente. Es fundamental averiguar en qué sentido discurre la evacuación, algo nada difícil a menudo, para que la red funcione correctamente, para que no se produzcan retornos, retenciones o tapones, porque entonces... es peor el remedio que la enfermedad.
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