Restauración de elementos comunes en un complejo residencial

Empezamos nueva obra restaurando los elementos comunes en un residencial ubicado en la costa, en el entorno metropolitano de Valencia. Cuenta con múltiples daños por deterioro prematuro a causa de una mala construcción.

Se trata de unos edificios de apenas 10 o 12 años de edad que adolecen de grietas, filtraciones, humedades de condensación, desprendimientos de revestimientos, falta de espesor en monocapas, malas soluciones constructivas... y en una pequeña parte, falta de mantenimiento por parte de los propietarios.

Se intervendrá en fachadas (aprox 9000m²), cubiertas (aprox 1500m²), algunos interiores afectados de viviendas, parte del sótano destinado a garaje y trasteros y algunos otros elementos comunes. Pero la mayor parte de la actuación se centra en los revestimientos de fachada y en los sellados de la carpintería: unos revestimientos muy escasos que, en cuanto caen cuatro gotas, se manifiestan con humedades de distintos tipos en los interiores de viviendas y unas carpinterías con un mal diseño que necesita de un sellado más cuidado de lo que es habitual.

El complejo, formado por tres edificios principales destinados a viviendas, se ubica en una zona típica de segunda residencia en la que, a excepción de los residentes habituales, los usuarios rehúsan utilizar las viviendas en invierno por su falta de confort.

En definitiva, la mala construcción se traduce en un deterioro prematuro del edificio que obliga a los usuarios a estar más pendientes de él y a gastarse más dinero en su mantenimiento ¿es eso justo...?

Más adelante os enseñaremos fotos del proceso de la obra y del resultado final.

El espesor del revestimiento es muy heterogéneo tendiendo a escaso. Sin embargo, en los escasos puntos en que es demasiado grueso, se abomba, agrieta y desprende con facilidad.

No se han protegido los antepechos con albardillas ni se ha dotado a su remate de la pendiente suficiente. Con ello, se facilita que el agua duerma en la superficie y afloren hongos y penetre la suciedad.

El poco espesor del revestimiento no protege suficientemente la fábrica cerámica del cerramiento. Se empapa y permite que el agua penetre llegando hasta el interior de las viviendas, anulando las propiedades térmicas y provocando condensaciones.

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