martes, 2 de febrero de 2021

Edificio SP25. La Caseta Blava

Con motivo de la terminación de este edificio, que ha tenido amplia repercusión en la prensa local, se decidió hacer un reportaje fotográfico profesional de los espacios más emblemáticos de la obra y es a través de sus fotografías cómo vamos a mostrar el resultado final.


Una antigua y modesta casa de pescadores del primer cuarto del sXX ubicada en el marinero barrio de El Cabanyal de Valencia sirve de base para esta intervención.
La rehabilitación convierte una vivienda unifamiliar de dos plantas y un corral trasero en un edificio de dos viviendas gemelas en el edificio principal y un local municipal en el cuerpo posterior, con acceso por la calle paralela.
La distribución interior contiene un comedor-salón, cocina open-space, baño y dos dormitorios.
El edificio goza de grado de protección urbanística 2 -protección básica estructural- calificación que alude a aquellos edificios que por su valor histórico o artístico deben ser conservados, al menos parcialmente, preservando los elementos definitorios de su estructura arquitectónica y/o aquellos elementos constructivos singulares de intrínseco valor que existan en el inmueble.
En este caso, los verdaderos protagonistas son, por un lado la fachada, fuertemente alterada por los propietarios anteriores, y la estructura de madera, oculta en un principio y que durante la obra se descubriría muy afectada por xilófagos.

   

La vivienda de la planta primera recupera la tradicional "escaleta valenciana", elemento muy típico en la arquitectura doméstica de nuestros pueblos en la que se accede a las viviendas altas a través de una escalera lineal de dimensiones justas, enclavada entre dos paredes y ubicada junto a una de las medianeras del edificio.
Esta escalera tenía anulada su entrada desde la calle y había sido integrada de manera muy forzada al interior de la antigua vivienda.

   

   


En lugar de cerrar la escaleta y privarla de luz, como suele ser habitual, se ha creado un mirador muy agradable desde la fachada y se ha dejado el muro divisorio a media altura, dejando que la estructura de madera vista asome en lo alto.

   
A la vivienda se entra por la imponente zona de día. En el salón se ha decidido dejar a la vista la estructura de madera principal que sostiene el tejado inclinado, y, junto a la auxiliar que soportaba el viejo techo de cañizo, se crea un juego de líneas que va cambiando según la perspectiva. Como el tejado estaba en bastante buen estado, se decidió acometer el aislamiento por debajo, entre las distintas viguetas, una solución más lenta y costosa pero cuyo resultado final merece la pena. A la vista está.


Los huecos al exterior son los originales. Nos encontramos la fachada arbitrariamente modificada por los usuarios anteriores, en la que no se había respetado ni las proporciones, ni el revestimiento, ni el color... Poco a poco, a través de una minuciosa labor de limpieza y saneo del cerramiento, fue aflorando todo y, atendiendo al grado de protección del edificio, se decidió indiscutiblemente recuperar todos los elementos dotándolos de las condiciones actuales de confort, seguridad y habitabilidad.

   

   

La cocina se vincula al salón-comedor con esa vocación de las cocinas valencianas de formar parte del día-a-día, de participar en todo lo que acontece en la vida familiar. Con una posición interior y central en la vivienda no podía ser de otra forma. Se trata de una cocina sencilla y ordenada, con gran capacidad de almacenaje, que incorpora el paisaje urbano a través del gran hueco de la bancada intermedia. Considero que debe ser agradable trabajar en ella y que su configuración hace que se pueda independizar fácilmente en caso de ser necesario.



   


Respecto a las tonalidades escogidas para el interior, se ha intentado hacer alusión a unos colores alegres relacionados con el buen tiempo que se goza en nuestra latitud y con la cercana playa: el azul del mar para la planta baja y el amarillo del sol para la alta. Su presencia se reduce a los baños y la cocina.



La vivienda inferior es idéntica en distribución a la de arriba. Sólo cambia el acceso directo desde la calle a través de una doble puerta de madera con contraventanas tradicionales. Como recientemente se ha peatonalizado la calle, será una gran idea recobrar la vieja costumbre popular del "sopar a la fresca" con las puertas de la casa abiertas y la luz del interior.

   

El edificio cuenta con un pequeño patio interior al que recaen las ventanas de los dormitorios.
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El equipo que hemos hecho posible esta obra ha sido:
Promotores: Ayuntamiento de Valencia, Plan Cabanyal-Canyamelar y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática
Proyectistas y directores de obra: Rafael Gómez-Lechón y Fátima Galarza, arquitectos.
Colaboradora en el proyecto: Eva Fernández, arquitecta.
Dirección de la ejecución: Raimon Lloréns, arquitecto técnico.
Empresa constructora: Gimecons, S.L.
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