Os presentamos una de nuestras últimas obras de la cual estamos realmente contentas.
Se trata de la reforma y cambio de imagen de una vivienda en la playa, cuyo estudio y obra nos tuvieron entretenidas antes del verano.
El apartamento pertenece a un edificio de los años 60 y su estado original era el inicial. Cuenta con tres dormitorios y dos baños. Los cambios han consistido en la sustitución de toda la carpintería, tanto exterior como interior, incluidos los armarios; la renovación total de la cocina; la eliminación del gotelé; la conversión de una bañera a ducha con su mampara de cristal...
El elemento vinculante a la hora de los diseños ha sido el típico suelo de terrazo de grano medio en blanco y negro, se barajó forrarlo de parqué, pero finalmente el presupuesto se escapaba y decidimos asumirlo. No podemos estar más satisfechas del resultado final, porque tras un tratamiento de vitrificado se quedó nuevo, como un espejo, libre de todo el desgaste de sus 50 años de vida. Y lo cierto es que el terrazo es uno de los materiales de pavimento más agradecidos y desafortunadamente más criticados.
Los propietarios buscaban una imagen fresca, sencilla, nada recargada y con aires nórdicos, y creemos haberlo conseguido.
En el recibidor se ha chapado la trasera de la puerta para que guarde la nueva estática de la vivienda, de momento se han mantenido algunos de los muebles preexistentes, pues están en buen estado y se corresponden con el toque vintage que se quería mantener. Como veis, el trío blanco-madera-negro tan actual se corresponde con la tendencia que perseguíamos.
En el salón, las puertas que comunican con la cocina y el distribuidor, se han cambiado por unas puertas tipo granero actualizadas: van suspendidas de un riel oculto, no necesitan marco y su acabado en lacado blanco es el mismo que el resto de la carpintería interior.
La cocina ha dado un cambio espectacular, hemos incorporado el antiguo lavadero, lo cual nos ha hecho ganar espacio y luz a raudales.
Siguiendo con la estética que nos marcaba el terrazo, nos hemos decantado por una encimera con frontis en granito gris perla, enmarcando la bancada principal con sendos laterales en simetría, son detalles que se han ido decidiendo muchas veces en obra, a lo largo de un cuidado y exhaustivo seguimiento.
Su equipamiento lo hemos organizado en dos bancadas paralelas, que se ensanchan al final con una zona de desayunos con módulos de almacenaje menos profundos. El resultado es una cocina muy aprovechada, que cuenta con todos los electrodomésticos puntualmente suministrados por Milar Soler.
Se decidió desde el principio prescindir de azulejos, todos los frentes van en el mismo granito y el resto de paramentos son enlucidos de yeso y pintados. El mobiliario es de Lamiplast, modelo cristalac en blanco brillo, un acabado de mantenimiento ideal en un ambiente playero.
En los dormitorios se han sustituido completamente todos los armarios, dotándolos interiormente de altillo, estantes y cajoneras. Nos gusta la imagen de sencillez y amplitud que dan las puertas unitarias, sin altillo partido, en las que los tiradores embebidos de aluminio cepillado quedan perfectamente integrados.
Para la iluminación central se ha dispuesto un ventilador, que hace más agradables las noches de calor y las siestas.
Los baños, finalmente estaban bastante bien y salvo la sustitución de la bañera, espejos y la actualización de alguna instalación, los hemos dejado como estaban, con sus azulejos grises de 15x15 y sus lavabos pedestal y complementos de entonces, unas piezas que ahora están muy buscadas y vale la pena mantener cuando nos las encontramos en buen estado.
La carpintería exterior, no cabe duda que es uno de los elementos constructivos que más merece la pena sustituir en una reforma. La que había no era la original, pero era una carpintería de aluminio que se colocó hace unos 25-30 años, sin aislamiento, con vidrios sencillos y con cajones de persiana alojados por dentro de la vivienda que eran un foco de suciedad y de entrada de aire. Ahora hemos instalado un sistema sencillo, lacado en blanco, con persiana incorporada al marco -lo cual libera las paredes de escalones que bajan el techo-, con cristal climalit y que cumple todos los requisitos actuales de eficiencia energética, para garantizar el confort tanto en invierno como en verano.
Y para saciar la curiosidad de algunos, aquí van unas cuantas fotos de cómo era antes el apartamento: carpintería interior de madera, cocina con muebles de la época, muchos desconchones, humedades...
Esta obra ha durado unos dos meses y medio, el presupuesto invertido ha sido de 23.500€ y, como viene siendo habitual, hemos vuelto a contar con la colaboración de la constructora Aecuor Arquitecnia, S.L. y su gerente Ramón Ballester, arquitecto técnico, siempre a pie de obra, signo de confianza y total garantía.
Previamente a la obra tramitamos las licencias oportunas en el Ayuntamiento, acompañamos a los clientes a elegir materiales y a visitar los diferentes proveedores, se replantearon todos los despieces de materiales, se cuidó de afectar lo menos posible al vecindario... y, una vez más, nos encontramos con unos clientes muy colaborativos, Concha y Juan Carlos, que han puesto plena confianza en nuestro criterio profesional.
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