jueves, 28 de febrero de 2019

Dirección de obra #mb15. Febrero 2019

Rehabilitación de edificio industrial para vivienda unifamiliar.


Seguimos con cubiertas, patio y atacamos fuerte la parte de instalaciones de fontanería. Son semanas buenas para ejecutar trabajos en el exterior porque, después de los grandísimos chubascos que tuvimos en octubre, el invierno ha sido suave en líneas generales. Así que, antes de las lluvias de primavera, mejor tener adelantados este tipo de trabajos.


El patio se queda tal y como se ve, la parte de abajo se ha repicado toda y no vale la pena seguir trabajando en la de arriba. En uno de los laterales había unos huecos con la parcela vecina que se taparán.
Salen dos tipos de ladrillo, macizos en la fábrica general y perforados en los machones, cuyos orificios deberían obturarse con mortero para evitar entrada de bichos y suciedad.


En la gran terraza posterior se deja la viga preexistente a la vista, habiendo eliminado la crujía de forjado que la tapaba. En el futuro se podría colocar un sistema de toldos o lonas de quita y pon en función del soleamiento.


El nivel de arriba se ha tapiado enrasándolo con las vigas salientes para revestirlo con mortero de cemento.




La instalación de fontanería ya está prácticamente trazada.


En la azotea superior se ha procedido a la impermeabilización y a la prueba de estanquidad, resultando favorable. Es el arquitecto técnico o aparejador, el encargado de dirigir todas las pruebas de control de calidad que necesita el edificio en función de sus dimensiones o la tipología estructural o constructiva que se adopte. Esta es una de las competencias por las cuales es obligatoria la intervención de un arquitecto técnico en las obras residenciales.



A la balconada posterior a la que recaen las estancias de día de la vivienda se le ha dotado de una mínima pendiente compatible con la colocación posterior de mobiliario. Es habitual que en terrazas de esta envergadura se coloque un pavimento flotante para garantizar la horizontalidad absoluta del suelo; en este caso, consensuadas las partes y teniendo una pendiente de desagüe uniforme y en un solo sentido, se ha decidido hacer así, evitando el escalón que supondría la salida de las estancias a la terraza. Se trata de una superficie longitudinal con un ancho de 2,50-3,00 metros de ancho que funciona bien, desagua fácilmente y queda mejor estéticamente.


La lámina impermeabilizante, por normativa, debe ascender una altura mínima de 30cm por las paredes, lo cual se ha cuidado en esta obra, protegiendo totalmente también todos los umbrales de salida.


A continuación se muestran los cambios exteriores del edificio.


Se puede seguir todo el proceso de la construcción aquí. Atenderemos cuantas consultas nos hagan nuestros lectores.

Arquitectos técnicos: Luis Alonso y Ramón Ballester.
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