miércoles, 28 de septiembre de 2011

Instalaciones vistas

 En MadeByGirl he encontrado hace unos días un artículo que muestra un loft diseñado por el arquitecto brasileño Guilherme Torres, y en cuyo diseño interior llama la atención la presencia de las canalizaciones eléctricas sin empotrar, algo que suele causar rechazo en los encargos profesionales convencionales.

Este tipo de recursos es conveniente entre otros casos en:
  • rehabilitaciones en las que los tabiques que se conservan son muy finos o ya estaban castigados por otro tipo de instalación.
  • estéticas industriales, tipo loft, como la que se muestra.
  • muros caravista de ladrillo, piedra u otros materiales, que no se quieren mermar.
  • encargos individuales en los que se solicita ex-profeso.


Se ha de diseñar con extremo cuidado y mimo el trazado de toda la instalación, para lo cual es requisito imprescindible la complicidad entre proyectista, directores de obra e instalador, porque al final el cableado se va a convertir en uno de los protagonistas de la estética doméstica y su distribución debe ser considerada como si de una obra de arte inherente a la propia vivienda se tratase.


 La puesta en obra ha de ser limpia e impecable, por tanto. Sólo así merece la pena abordar este empeño.
Y una de sus grandes ventajas para mi gusto es la facilidad de reparación y sustitución de piezas sin grandes destrozos de albañilería. Ventaja que es mayor si cabe en las instalaciones de fontanería, en las que cualquier fallo queda patente y se delata en cuanto hace aparición.


 Otro ejemplo que utiliza este recurso es el diseño del local Bobby Gin, llevado a cabo por el Estudio NORMAL, de Barcelona, y que he conocido a través de Magava Interior.
Y ayer, en tránsito inicial, podíamos ver publicado este aprovechadísimo dormitorio infantil, en el que, quizá, los cables se dejaron vistos en la búsqueda de un resultado rápido y no por ello menos acertado.

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