El informe que se muestra versaba sobre la mala puesta en obra de un pavimento de mármol en un edificio de viviendas de nueva promoción, de calidad media-alta.
El suelo, de la variedad Gris Quípar, original de la zona de Murcia, presentaba anomalías estéticas muy llamativas consistentes en:
- Tonalidades muy distintas de grises, beiges y rojizos, con veteados muy diferentes y de distinta intensidad de unas baldosas a otras.
- Rodapiés con mucho contraste de color en comparación con el pavimento general de cada estancia.
- Existían habitaciones en las que bruscamente aparecían dos o tres baldosas radicalmente distintas al resto.
- Fallos de planeidad por falta de uniformidad en el proceso de vitrificado y pulido del suelo, y que obligaban al uso de cuñas en las patas de algunos muebles.
La ficha que se muestra abajo a la izquierda es la que facilitó la empresa Promotora a los vecinos. En el despacho nos dimos cuenta que el suministrador del pavimento también trabajaba la variedad Rojo Quípar, ante la posibilidad de que hubiesen mezclado partidas. Es evidente que en algún momento del proceso constructivo no se respetó la selección de la piedra y se mezclaron distintas clasificaciones de textura y de color.
Se ofrecieron dos soluciones:
- indemnización económica calculando el valor del pavimento y su puesta en obra.
- superposición de un pavimento ligero acorde a la calidad de las viviendas.
La demolición del pavimento defectuoso (para su posterior sustitución) está descartada en este caso, por la agresividad que supone en un edificio convencional la utilización de maquinaria vibrante y percutora, demasiado lesiva para la entidad constructiva del inmueble.
El proceso de elaboración de este informe consistió en un par de visitas al edificio; redacción del informe con recopilación de información, anexo fotográfico y valoración económica; un par de entravistas con los abogados y comparecencia en juicio como perito.
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